NUEVO CONTRA UNA IGLESIA EN EGIPTO DEJA 12 MUERTOS

Al menos doce muertos en El Cairo tras la quema de un templo copto por parte de los salafistas. «El ejército no puede protegernos», relata un vecino

La iglesia de Mar Mina es un edificio de cinco plantas que saluda, ahora ennegrecido, la entrada al barrio de Imbaba, en el noroeste de El Cairo. El mobiliario, incluyendo el altar, ha sido reducido a cenizas, pero eso no impide que se celebre una ceremonia religiosa en el segundo piso, en honor de los caídos la noche anterior. Horas antes, varios centenares de islamistas (hasta quinientos, según algunos testigos) asaltaron el lugar empuñando machetes y palos, cócteles molotov y algunas pistolas. Los enfrentamientos entre los salafistas, por un lado, y los vecinos del barrio y el Ejército, por el otro, se saldaron con una docena de muertos y casi dos centenares de heridos.
Todos los testimonios coinciden en que los atacantes eran «salafistas», islamistas radicales que quieren imponer su versión «purificada» del islam. Al parecer, estaban convencidos de que los cristianos retenían por la fuerza a una joven que se habría convertido a la religión musulmana para casarse.
El pequeño Abderrahman jugaba en la calle cuando empezó todo. «Grupos de barbudos llegaron en moto, rompieron la puerta de la iglesia y le prendieron fuego». El guardia de seguridad murió en el incendio. Según los testigos, otro de los parroquianos, aterrorizado por las llamas, se mató al arrojarse por una ventana. Pocas horas después, la iglesia de la Virgen María, en el mismo barrio, era también pasto de las llamas.
El hecho de que Abderrahman, musulmán, nos hable frente a Mar Mina, dentro del perímetro de seguridad establecido por el ejército, es un indicador de que los atacantes no han conseguido su propósito de provocar una ruptura religiosa. «Todos los vecinos ayudaron a apagar el fuego, tanto cristianos como musulmanes», indica Nabil, otro de los testigos presentes. Pero la ya muy dañada convivencia entre ambas confesiones pende de un hilo. Aquí, frente a Mar Mina, la tensión es enorme. LEER MAS