Dallas, campeón de la NBA 2011

Un premio a la veteranía, a la seriedad y al trabajo colectivo. Así podría resumirse el triunfo de los Dallas Mavericks en la final de la NBA. Cinco años después de perder el anillo ante el mismo rival, el equipo texano se tomó la revancha y arrebató la gloria a los Miami Heat, un proyecto fallido que en el sexto partido (105-95) mostró todos los defectos de los equipos construidos con un evidente desequilibrio debido al excesivo peso de dos o tres jugadores.
Triunfó la veteranía de Dirk Nowitzki (a punto de cumplir 33 años y 13 temporadas en la NBA), Jason Kidd (38 años y 16 como profesional) yJason Terry (33 años y 11 temporadas en la mejor liga del mundo). Triunfó la planificación de un equipo conjuntado y solidario en el esfuerzo, en el que todos los jugadores cuentan y, además, asumen su responsabilidad. Y triunfó la humildad frente al divismo de unos deportistas que incluso se atreven a burlarse del rival. Lo hicieron LeBron James y Dwyane Wade, al bromear sobre la enfermedad que sufrió Nowitzki en el cuarto partido de la final. Son los primeros que tendrían que callar y ahora deberán rendir cuentas.
El sexto partido hizo relucir todas las virtudes de los 'Mavs'. Anotaron todos los jugadores convocados, nueve, y los suplentes sumaron 43 puntos, casi la mitad del equipo. Nunca perdieron la fe en la victoria y trabajaron con ese objetivo común. El mejor ejemplo de esa confianza lo dio Nowitzki en el sexto y definitivo partido. El alemán se repuso a una nefasta primera parte en la que sólo anotó tres puntos debido a un penoso porcentaje de acierto en tiros de campo. A pesar de fallar seis triples y 18 lanzamientos de dos puntos, Nowitzki nunca bajó los brazos. Todo lo contrario, persistió en el intento y recondujo la situación en los dos últimos cuartos hasta convertirse en el hombre determinante que suele ser. Anotó 10 puntos en el último periodo.