La cantautora británica Adele consolidó en la noche del domingo su éxito mundial como la "princesa del soul", al ganar los seis premios Grammy por los que competía en la fiesta mayor de la música estadounidense, que rindió tributo a la fallecida Whitney Houston.
En la 54a edición de los premios Grammy, que se entregaron en el Staples Center de Los Ángeles, Adele se llevó los trofeos por Álbum del año y Mejor álbum pop (por "21"), Grabación del año y Mejor canción del año (por "Rolling in The Deep"), Mejor actuación pop solo y Mejor video corto.
Su voz poderosa y su apasionada interpretación de las canciones de amor permitieron a esta inglesa con el acento "cockney" característico de las clases populares de Londres imponerse en pocos años en el panorama musical.
Desde los Beatles, Adele es la única artista viva que ha tenido simultáneamente dos sencillos y dos álbumes en el "Top 5" de las listas de ventas en el Reino Unido.
Pero la fiesta de la música estuvo ensombrecida por el sorpresivo fallecimiento de Whitney Houston, una superestrella de los años '80 y '90 cuya carrera se descarriló luego por el abuso de drogas. La cantante fue hallada muerta el sábado a los 48 años en un hotel de Beverly Hills.
Los Grammy comenzaron con una plegaria en su memoria e incluyó un sentido tributo a cargo de la cantante de rhythm and blues Jennifer Hudson, quien interpretó el hit más recordado de Houston, "I'll Always Love You".