Se trata del peor hecho de violencia en el fútbol en Egipto, y el de mayor número de muertos en el mundo desde 1996. Un jugador dijo que fue “como una guerra”.
El Ministerio del Interior informó que 74 personas murieron, entre ellos un policía. La cifra de heridos fue de 248, de los cuales 14 eran policías.
Las fuerzas de seguridad detuvieron a 47 individuos por participar en la violencia en Port Said, una ciudad en el Mediterráneo.