La serie sobre la vida de Luis Miguel que se transmite a través de Netflix, misma que había centrado los tres primeros capítulos en la maldad de un padre manipulador, que dirigía sin piedad cada movimiento de la joven estrella, ha dado un giro inesperado. En la vida del cantante hay un nuevo e inesperado villano, publica hoy El País.
El dios del pelo alocado y las suites de lujo, el pecho más bronceado de Latinoamérica, aparece ahora destrozado por amor. Y el cineasta mexicano, Alejandro Iñárritu — que en ese momento tenía unos 25 años— aparece como el culpable. Luismi rompe con su primera novia formal, Mariana Yazbek, porque sospecha que lo ha engañado con él, que era su exnovio. Y en este punto de la serie se termina la imagen edulcorada del artista: entra el alcohol, la depresión y más mujeres. Cuatro capítulos después, los fans se encuentran con el verdadero Sol de México.
El castigador castigado, que gracias a esa ruptura graba uno de los mejores discos de su carrera en 1988, Busca una mujer. Un álbum con el que no se sintió identificado hasta que no sufrió en sus propias carnes lo que era una posible infidelidad, de hecho no quería grabarlo, según muestra la serie, autorizada y supervisada por el propio cantante. Después de cortar con Yazbek, vieron la luz temas tan icónicos como La Incondicional, Culpable o no y Fría como el viento.
La joven fotógrafa, Mariana Yazbek, había terminado una relación con el director de cine mexicano —galardonado con tres Oscar, en 2014, 2015 y 2017— poco antes de empezar con el cantante más famoso de Latinoamérica. En la serie le cambian el nombre y el apodo, lo llaman El Moro. Su alias real es El Negro. Y, según muestra el capítulo, la boda de otra artista mexicana los vuelve a encontrar. No queda claro cómo acabó aquella historia. Pero una conversación inesperada en un pasillo es suficiente para que Luis Miguel saque todas las cosas de su casa y se busque una nueva amante, la modelo Stephanie Salas, que sería después la madre de su primera hija, Michelle Salas. Ahí Luismi tenía solo 18 años. A su hija no la reconocería hasta muchos años más tarde, en 2008.
En esta cuarta entrega de una de las series más vistas del continente explican también por qué Luis Miguel pasó de ser español a mexicano en una tarde. México atravesaba una de las crisis más graves de su historia. Y Luis Rey aprovechó esa oportunidad para convertir en aquel pequeño de pelo rubio y ojos claros en la esperanza de todo un país. Se inventaron su acta de nacimiento. Él mismo, con solo 11 años, aseguraba en las entrevistas que había nacido en Veracruz. Cuando realmente lo hizo en Puerto Rico en 1970. A partir de ese momento nació El Sol de México.
Su madre, la italiana Marcela Basteri, aparece en los flashback que hace constantemente la serie hacia la infancia del artista como la única protectora de la pequeña estrella. Gracias a ella él estudiará en sus ratos libres con una profesora particular. Luis Rey, según la serie, explotaba hasta la extenuación la voz de su hijo, único sustento de aquella humilde familia.
El misterio sobre la desaparición de su madre, la italiana Marcela Basteri, se mantiene. La serie no ha desvelado por el momento uno de los secretos mejor guardados de la vida privada del cantante. Cuentan que en 1987 Marcela ya los había abandonado y también a su hermano menor, Sergio, que entonces tenía cuatro años. Luis Rey, interpretado por el actor español Óscar Jaenada, le confiesa en una escena a Luis Miguel (Diego Boneta), que su madre se ha ido con su expareja, que no los quiere volver a ver. Su ruptura y el abandono de su madre suponen un cóctel fulminante para la joven promesa de la música en español.
Agotado, con ojeras y con un vaso de whisky, accede a grabar todas las canciones de aquel álbum de desamor, compuesto por el prolífico músico español Juan Carlos Calderón. "Miénteme con un beso / que parezca de amor / necesito quererte / culpable o no", se convierte en la banda sonora de esta nueva entrega de la serie. La próxima, el 20 de mayo por la noche en Netflix.
El Diario de Juárez