Peatones y conductores que volvían a casa del trabajo en Roma quedaron sorprendidos cuando los manifestantes, algunos de ellos encapuchados y miembros de un grupo político de extrema derecha, prendieron fuego a botes de basura en Piazza del Popolo, derribaron motonetas y monopatines estacionados y arrojaron bombas de humo, según reportes de la televisión estatal. Vagonetas de la policía respondieron con cañones de agua para dispersar a la multitud.
Fue la quinta noche consecutiva de protestas violentas en Italia después de que las autoridades implementaran toques de queda en distintas urbes del país como Nápoles y Roma.
Después de que las protestas se tornaron violentas la noche del lunes en la capital financiera del país, Milán, la policía arrestó a 28 personas. En la ciudad industrial de Turín, en el norte del país, al menos 11 manifestantes fueron detenidos.
Toda Europa se enfrenta al problema de cómo frenar un repunte de infecciones antes de que sus hospitales queden rebasados nuevamente.
Varias ciudades de Francia implementaron toques de queda nocturnos. Las escuelas deben cerrar a las 6 de la tarde. En Irlanda del Norte y República Checa se suspendieron las clases presenciales. Las autoridades de Alemania ordenaron confinamientos en áreas cercanas a la frontera con Austria y nuevos requerimientos del uso de mascarillas surgen cada semana en todo el continente, incluyendo una orden nacional en Rusia.
“Todos quisiéramos vivir como antes, pero hay momentos en los que hay que tomar decisiones difíciles”, dijo el martes el ministro del Interior de Francia, Gerald Darmanin, cuando el gobierno sostuvo reuniones de emergencia para hablar de la pandemia.
Sin embargo, en esta nueva ronda de restricciones los gobiernos han encontrado a una ciudadanía menos dispuesta, incluso en momentos en que el continente ha registrado más de 250.000 decesos confirmados durante la pandemia y la semana pasada reportó el 46% de los nuevos casos a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud.
Durante el fin de semana, la policía utilizó aerosol pimienta contra manifestantes inconformes con las nuevas restricciones en Polonia. En España, los médicos organizaron el martes su primer paro nacional en 25 años en protesta por las deficientes condiciones de trabajo.
En Gran Bretaña, el enojo y la frustración ante el irregular manejo de la pandemia por parte del gobierno se convirtió en una crisis política en torno al problema de los niños hambrientos.
En busca de atenuar parte del daño financiero que las restricciones más recientes han provocado a los negocios, el gabinete del primer ministro italiano Giuseppe Conte aprobó un paquete de ayuda de 5.000 millones de euros (5.890 millones de dólares).
Las medidas incluyen extender subsidios por desempleo para trabajadores sindicalizados por hasta seis semanas, hasta enero; ayuda financiera a restaurantes, cafeterías, hoteles, gimnasios y heladerías, conductores de taxis y otros sectores afectados por los cierres de inicios de la pandemia y que ahora atraviesan nuevos problemas con las restricciones, que han puesto en riesgo la supervivencia de algunos establecimientos.
También se destinó un pago único por 1.000 euros para trabajadores independientes de la industria del entretenimiento, devastada por el cierre de cines y teatros, medidas que durarán por lo menos un mes.
El doctor Michael Ryan, jefe de emergencias de la OMS, dijo que podría ser necesario cerrar de nuevo las fronteras abiertas de la Unión Europea para “aplacar esta fase de la pandemia”.
“No hay duda de que la región europea es un epicentro de la enfermedad en este momento”, declaró. AP