Fue un carnicero enamorado. Un detective decadente. Un cowboy salvaje. Un general en la II Guerra Mundial. Un centurión que le tendía una mano a Jesús. Un villano de temer. Alguna vez mató a Frank Sinatra en el celuloide.
Fue dueño de una risotada tremenda que repitió y repitió. Fue uno de esos rostros inolvidables de la era dorada de Hollywood y ayer, a los 95 años, Ernest Borgnine falleció.
Ganador de un Oscar por su papel en Marty(1955) y alma de la popular serie de TVMcHale’s navy, Borgnine murió de una falla renal, acompañado de su familia en el hospital Cedars-Sinai Los Angeles. Aunque llevaba varios años alejado del primer plano del cine, aún no se retiraba: su último rol fue en The man who shook the hand of Vicente Fernandez(2012), como protagonista. Su legado, sin embargo, había sido formado hacía 50 años en clásicos como De aquí a la eternidad (1953), Los doce del patíbulo (1967), La pandilla salvaje(1969) y La aventura del Poseidón (1972), entre varios otros.
“Consigan un trabajo de verdad antes de intentar seguir una carrera en la actuación. Aprendan sobre la vida y luego aprendan sobre su oficio”, afirmó hace cuatro años Borgnine cuando le pidieron un consejo para los jóvenes actores. El, sin embargo, sí estudió: después de pelear en la II Guerra Mundial con la Marina de EEUU, estudió actuación por recomendación de su madre, italiana. Incluso, empezó una carrera en Broadway. En los 50 se fue a Hollywood.