"Vivimos en una zona donde la muerte violenta y la muerte lenta se transnacionalizaron", afirmó a la AFP Benjamín Cuéllar, director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana de El Salvador. Agregó que un ejemplo de la magnitud del fenómeno es el hecho que, desde hace más de una década, las estadísticas latinoamericanas de homicidios lideren los ránkings mundiales.
Para los especialistas, el caso más claro de la instauración de la violencia en la vida cotidiana es México. El gobierno de Felipe Calderón destinó, desde hace cuatro años, a su ejército en el combate contra los cárteles. Los resultados no fueron óptimos: este año fue el peor no sólo por el número asesinatos -unos 15 mil- sino por su barbarie.
La crueldad de los sicarios ha sido difundida mediante videos y fotografías que se publican en sitios de internet especializados. En esas páginas se muestran ejecuciones, torturas de enemigos y hasta degollamientos. Algunos capos narco, como Nazario Moreno, líder de La Familia Michoacana, fueron por más y han redactado una suerte de instructivos para sus seguidores.
Los enfrentamientos en las favelas de Río de Janeiro (ver nota relacionada) -controladas por la delincuencia organizada- o la matanza de los 72 migrantes en el estado mexicano de Tamaulipas (ver nota relacionada) son otras muestras de lo que sucede en la región.
"Los sicarios son cada vez más jóvenes y despiadados, y actúan muchas veces respondiendo a rituales como la decapitación o desmembración de sus víctimas relacionados con cultos esotéricos", explicó Facundo Rosas, comisionado de Policía de México. LEER MAS infobae
