“Nuestra lucha por la igualdad plena es un legado para el pueblo de Puerto Rico; es imperativo que nuestra generación trabaje para acabar con la colonización que vive nuestra patria”, señaló González Colón en una rueda de prensa en un edificio del complejo de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
Desde su fundación en 1952, el Estado Libre Asociado de Puerto Rico ha sido un territorio no incorporado estadounidense con estatus de autogobierno.
La comisionada residente estuvo acompañada por el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Roselló, que aseguró en esa conferencia de prensa que este paso es una de las acciones “más importantes” de la historia de la isla boricua.
“Llegó el momento de decirle adiós a la ciudadanía de segunda clase”, comentó en su discurso Roselló, que inició en enero la campaña para exigir la adhesión de Puerto Rico como un estado más de la nación con los mismos derechos que los otros 50 que la componen.
Además de González-Colón y Roselló, varios alcaldes, representantes y senadores de Puerto Rico y miembros del Congreso estadounidense también atendieron el evento.
El senador republicano por Florida, Marco Rubio, dijo en un comunicado facilitado a Efe que apoya el derecho de sus “compatriotas” de Puerto Rico de solicitar la admisión a la unión como estado estadounidense.
“Continuaré trabajando en nuestra estrategia para crear apoyo en el Senado y crear las condiciones necesarias para alcanzar los 60 votos para ser exitosos”, apuntó Rubio.
El proceso emprendido por Puerto Rico se asemeja al que pasó el antiguo territorio de Tennessee para obtener la estadidad. Cansado de retrasos y la falta de interés por parte del Congreso federal, el pueblo de Tennessee envió una delegación al Capitolio de Washington para demandar ser reconocido como estado. Así, en 1796, Tennessee fue admitido como el estado número 16 de la Unión, y desde entonces otros seis territorios han llevado a cabo con éxito procesos similares, el último de ellos Alaska en 1959. EFE